Reacciones ante los arcanos
No sé si te ha pasado, pero a veces miro las cartas del tarot y algunas me gustan y otras me generan un conflicto o un rechazo. Por cierto, esto no es permanente, sino que va cambiando: en un período me puede encantar un arcano y en otro período me es indiferente, como si cada imagen conectara con algo distinto de mí en función de mis propios cambios personales, de filosofía, cuestionamientos, embrollos, etc.
Se preguntarán ¿y qué importancia tiene prestar atención a nuestras reacciones con el tarot? pues mucha, lo que está ocurriendo es que algo de nosotr@s se está proyectando en el arcano, y un@ no sabe cómo este se las arregla para salir una y otra vez en nuestras lecturas de exploración personal. Entonces aparece esa vocecita diciendo “por algo será”.
El Enamorado y la indecisión
Hace poco, me pregunté al tarot: ¿con qué necesito conectar hoy? Tragicómica fue mi sorpresa cuando me salió El Enamorado del Tarot de Marsella. El Enamorado es una de las cartas que menos me gusta, porque me remueve mucho el tema de la indecisión (uno de sus tantos aspectos), me carga no decidir, no avanzar, no tener claridad, o no poder reconciliar energías opuestas en mí; también lo encuentro ingenuo, inmaduro, incapaz de hacerse cargo de lo que quiere. Y ahí viene la pregunta del primer millón ¿qué está diciendo de mí lo que siento-pienso de El Enamorado? ¿Por qué veo sólo eso en primera instancia y no los otros posibles atributos (juventud, disfrute, apoyo, cariño, etc.)? Chan chan! Entramos entonces en lo que viene a mostrarme este arcano como espejo: habita en mí una tendencia a querer tenerlo todo claro todo el tiempo, me cuesta la incertidumbre y el caos, tengo un sentido de la responsabilidad muy arraigado, que me sirve para cumplir mis compromisos, pero al mismo tiempo me dificulta el soltar y dejar que otr@s se hagan cargo, aunque sea un ratito para regalonearme; tiendo más a querer ser “productiva” y es un esfuerzo de consciencia permitirme espacios de descanso y relajo, sin sentir culpa o que “estoy perdiendo el tiempo”.
Así viene la pregunta del segundo millón: “Dado lo que me provoca esta carta ¿cuál será la invitación de aprendizaje que me hace? ¿si El Enamorado (o uno de sus personajes) me hablara, qué me diría? Y esto es lo que escuché: “¿Para qué tanto rechazo a la indecisión? ¿a las encrucijadas del camino? Necesitas detenerte, al menos cada cierto tiempo, para descansar, para replantearte lo aprendido. Quedarte en ese espacio de “no decidir” te permite sentirte, conectarte, mantener tus motivaciones, recordar lo que te apasiona, lo que es amarte y amar a otr@s; te permite discernir lo que quieres y no quieres en tus relaciones; entonces ¿para qué tanta resistencia? Darte un momento de indecisión o de improductividad, no te impedirá cumplir tus sueños ni tus metas, tranquilízate, porque tú sabes que lo único constante es el cambio y el movimiento; estar sin saberlo todo un rato, es sólo otra parte del camino. Así que relájate. Te invito a quedarte un tiempo más, allí donde estés”.
Ese fue uno de mis tantos encuentros con El Enamorado.
Reflejos de amor
¿Qué te pasa a ti con el quedarte en la indecisión? ¿Qué pasaría si te dijeras “no sé lo que me pasa y está perfecto” “no sé lo que quiero por ahora y está bien”? Esas frase contienen amor, ternura y respeto por tu propio proceso, tres conceptos que también ofrece El Enamorado.
¿Cuánto de esto que conté, también te pasa a ti? ¿Sentiste en alguna parte de la lectura, que te estaba describiendo? Si es así, pues te recuerdo se debe a que estamos tod@s conectado@s, que lo que está en mí, también puede estar en ti, y así como te reflejaste en este texto, también te puedes reflejar en las cartas del tarot, y a partir de allí construir un camino de profundización y autoconocimiento.